06 diciembre, 2005

De Rerum Natura

Cuando, por fin, supieron hacer chozas, /y de pieles y fuego hicieron uso,/y cuando la mujer y el hombre aparte/se fueron a vivir en compañía,/y cuando los placeres amorosos/se limitaron sólo a dulzuras/del casto matrimonio, y cuando vieron/los padres a sus hijos porción suya,entonces empezó la especie humana/a suavizarse por vez primera:/el fuego hizo los cuerpos más sensibles/al frío, de manera que ya el cielo/abrigo suficiente no prestaba/debajo de su bóveda; y las fuerzas/disminuyó la Venus excesiva,/y las tiernas caricias de los hijos/blando y suave hicieron sin trabajo/el natural altivo de los padres./Entonces los que estaban más vecinos/entre sí establecieron relaciones,/se abstuvieron de daño y de violencia,/protegían sus hijos y mujeres,/y en sus gestos y voces balbucientes/indicaban ser muestra de justicia/de la imbecilidad compadecerse./Mas no podía dominar en todos/esta concordia, bien que exactamente/guardaban estos pactos los más buenos,/que eran en mayor número: sin esto/la raza humana fuera destruida enteramente ya desde aquel tiempo;/no se hubiera hasta ahora propagado. LUCRECIO: De Rerum Natura, libro V, vv.1452-1483 (aproximadamente). Traducción del Abate Marchena.

14 noviembre, 2005

Antígona

CORO
Estrofa 1ª
Muchas cosas asombrosas existen y, con todo, nada más asombroso que el hombre. Él se dirige al otro lado del blanco mar con la ayuda del tempestuoso viento Sur, bajo las rugientes olas avanzando, y a la más poderosa de las diosas, a la imperecedera e infatigable Tierra, trabaja sin descanso, haciendo girar los arados año tras año, al ararla con mulos.
Antístrofa 1ª
El hombre que es hábil da caza, envolviéndolos con los lazos de sus redes, a la especie de los aturdidos pájaros y a los rebaños de agrestes fieras y a los peces que viven en el mar. Por sus mañas se apodera del animal del campo que va a través delos montes, y unce al yugo que rodea la cerviz al caballo de espesas crines, así como al infatigable toro montaraz.
Estrofa 2ª
Se enseñó a sí mismo el lenguaje y el alado pensamiento, así como las civilizadas maneras de comportarse, y también fecundo en recursos, aprendió a esquivar bajo el cielo los dardos de los desapacibles hielos y los de las lluvias inclementes. Nada de lo por venir le encuentra falto de recursos. Sólo del Hades no tendrá escapatória. De enfermedades que no tenían remedio ya ha discurrido posibles evasiones.
Antístrofa 2ª
Poseyendo una habilidad superior a lo que se puede uno imaginar, la desteza para ingeniar recursos la encamina unas veces al mal, otras veces al bien. Será un alto cargo en la ciudad, respetando las leyes de la tierra y la justicia de los dioses que obliga por juarmento.
Desterrado sea aquel que, debido a su osadía, se da a lo que no está bien. ¡Que no llegue a sentarse junto a mi hogar ni participe de mis pensamientos el que haga esto!
Sófocles, Antígona; vv. 332-375

11 agosto, 2005

Deseos

En lugar de ser buenos, únicamente esforzaos en crear situaciones que permitan la bondad, o mejor que llegue a ser innecesaria. En lugar sólo de ser libres, esforzaos en crear un mundo en el que sea posible ser libre, o mejor que ya no sea ni necesario el amor a la libertad. En lugar sólo de ser racionales, esforzaos en que la sinrazón de los poderosos sea imposible, que sea un mal negocio para ellos. B. Brecht

01 julio, 2005

Pensemos esto

Es indiscutible que sólo el individuo es capaz de pensar.[...] Sin embargo, sería un error deducir de esto que todas las ideas y sentimientos que sirven de motivos a un individuo tienen origen en él mismo y que pueden explicarse adecuadamente a base sólo de la experiencia de su propia vida.[...] Sólo en un sentido muy limitado el individuo aislado crea él mismo la forma de discurrir y de pensar que le atribuímos. Habla el idioma de su grupo; piensa en la misma forma que su grupo.[...] Así, pues, no son los hombres en general los que piensan, ni siquiera los individuos aislados, sino hombres que pertenecen a ciertos grupos y que han desarrollado un estilo particular de pensamiento en una interminable serie de respuestas a ciertas situaciones típicas que caracterizan su posición común. Bien miradas la cosas, es un error decir que el individuo aislado piensa. Habría que decir más bien que participa en el pensamiento de otros hombres que han pensado antes que él. Encuentra una situación heredada, con modos de pensamiento que se adaptan a dicha situación y con tentativas de mejorar las respuestas heredadas o de sustituirlas con otras que permitan enfrentarse mejor con las alteraciones y los cambios de esa situación. Todo individuo se halla, pues, predeterminado, en un doble sentido, por el hecho de haberse desarrollado dentro de una sociedad: de un lado encuentra una situación establecida y de otro halla en esa situación modos preformados de pensamiento y de conducta. K. Mannheim; Ideología y utopía

30 junio, 2005

Más sobre lo mismo

Al orientar desde un principio a los estudiantes hacia fines profesionales, se deja necesariamente escapar como algo estimulador el poder inmediato de la creación. La misteriosa tiranía de la idea de la utilidad, de la profesión, del ganarse la vida es la más profunda de las falsificaciones y la muerte más profunda del futuro del conocimiento. Lo que tiene de más terrible es que todas esas falsificaciones, sobre todo la de la utilidad, llegan al centro de la vida creadora aniquilándola y, desde que la vida de los estudiantes está sometida a la idea de utilidad y de profesión, semejante idea excluye la ciencia, excluye el progreso, excluye la sabiduría, excluye el conocimiento e incluso excluye la misma realización del mundo moderno. W. Benjamin

29 junio, 2005

Para los técnicos educativos

F. Nietzsche: Diagnóstico de la cultura moderna En el momento actual, nuestras escuelas están dominadas por dos corrientes aparentemente contrarias, pero de acción igualmente destructiva, y cuyos resultados confluyen, en definitiva: por un lado, la tendencia a ampliar y a difundir lo más posible la cultura, y por otro lado, la tendencia a restringir y a debilitar la misma cultura. Por diversas razones, la cultura debe extenderse al círculo más amplio posible; esto es lo que exige la primera tendencia. En cambio, la segunda exige a la propia cultura que abandone sus pretensiones más altas, más nobles y más sublimes, y se ponga al servicio de otra forma de vida cualquiera, por ejemplo el Estado. Y podríamos añadir también del Capital. Creo haber notado de donde procede con mayor claridad la exhortación a extender y a difundir lo más posible la cultura. Esa extensión va contenida en los dogmas preferidos de la economía política de esta época nuestra. Conocimiento y cultura en la mayor cantidad posible –producción y necesidades en la mayor cantidad posible– , felicidad en la mayor cantidad posible: esa es la fórmula, poco más o menos. En este caso vemos que el objetivo último de la cultura es la utilidad, o, más concretamente, la ganancia, un beneficio en dinero que sea el mayor posible. Tomando como base esta tendencia, habría que definir la cultura como la habilidad con que se mantiene uno «a la altura de nuestro tiempo», con que se conocen todos los caminos que permiten enriquecerse del modo más fácil , con que se dominan todos los medios útiles al comercio entre los hombres y entre los pueblos. Por eso, el auténtico problema de la cultura consistiría en educar a cuantos más hombres «corrientes» posibles, en el sentido en que se llama «corriente» a una moneda. Cuanto más numerosos sean dichos hombres corrientes, tanto más feliz será un pueblo. Y el fin de las escuelas modernas deberá ser precisamente ése: hacer progresar a cada individuo en la medida en que su naturaleza le permite llegar a ser «corriente», desarrollar a todos los individuos de tal modo que a partir de su cantidad de conocimiento y de saber obtengan la mayor cantidad posible de felicidad y de ganancia. Todo el mundo deberá estar en condiciones de valorarse con precisión a sí mismo, deberá saber cuánto puede pretender de la vida. La «alianza» entre inteligencia y posesión, apoyada en esas ideas, se presenta incluso como una exigencia moral. Según esta perspectiva, está mal vista una cultura que produzca solitarios, que coloque sus fines más allá del dinero y de la ganancia, que consuma mucho tiempo. A las tendencias culturales de esta naturaleza se las suele descartar y clasificar como «egoísmo selecto», «epicureísmo inmoral de la cultura». A partir de la moral aquí triunfante, se necesita indudablemente algo opuesto, es decir una cultura rápida, que capacite a los individuos deprisa para ganar dinero, y, aun así, suficientemente fundamentada para que puedan llegar a ser individuos que ganen muchísimo dinero. Se concede cultura al hombre sólo en la medida en que interese la ganancia; sin embargo, por otro lado se le exige que llegue a esa medida. En resumen, la humanidad tiene necesariamente un derecho a la felicidad terrenal: para eso es necesaria la cultura, ¡pero sólo para eso! NIETZSCHE, Sobre el porvenir de nuestras escuelas, 1ª conferencia